Ahora, 35 años después de que saquen a Isabelita, millones de argentinos pueden disfrutar de su libertad y algunos prefieren escapar de la caótica ciudad, para poder reflexionar en un lugar más tranquilo, a la orilla de un mar lejos de algún maremotos u observando cierras que no corren peligro de derrumbe. Tanto es así que más del 80% de la capacidad hotelera de la Costa Atlántica y el interior del país- Córdoba, el Norte y la región de Cuyo entre otras- ya se había reservado antes del lunes 22. Anoche, en un gran trabajo periodístico de TN, se pudo calcular que más de 1.600 de autos por minutos pasaban por el último peaje. Aparentemente todos pagaban y ninguno tocó bocina para apurar al flaco de la cabina.
Pero mientras algunos se van, otros regresan, aunque quizás algo contaminados. Según el portal web ElArgentino.com, 176 argentinos de los 196 que pidieron ser repatriados -incluyendo el que manejó más de 30 horas para encontrarse con su mujer y sus hijos- ya están en el país, pero ninguno quiso realizarse el estudio de radioactividad; esto demuestra que el clima albiceleste te obliga a esquivar los diferentes controles, como el de la VTV o alcoholemia.
Más compatriotas arribarán en los próximos días, ya que la Cancillería de La Nación dispuso un vuelo desde Tokio hasta Buenos Aires para aquellos que decidan dejar atrás las tierras del Ipad y las cámaras digitales de muchos megapíxeles para retomar las partidas de Truco con un buen asado.
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